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Español en Zuecos

El hombre más santo del mundo

Los días son más cortos y las noches más largas, en las casas la gente está junta de chocolate caliente enfrente de la chimenea. Diciembre es un mes en el año en el que la gente está muy feliz y sobre todo los niños. En este mes un hombre viene de España con muchos asistentes para consentirlos con muchos regalos y poemas. Este hombre se llama Sinterklaas y los asistentes se llaman Pieten. Estoy muy contenta que hoy puedo hablar con él, siento como sea una niña pequeña otra vez. Sinterklaas, como está, ¿está contento de estar en Holanda otra vez?-          Si, estoy muy contento, las dos semanas en Holanda cada año son muy importantes para mí. Es un gran regalo ver muchísimos niños muy felices y claro recibo muchísimos poemas y dibujos. Cada año algo grave pasa, el año pasado vosotros llegasteis en un otro lugar y este año dos Pieten se llevaron su caballo Americo, ¿estaba muy preocupado o tiene siempre confianza en sus Pieten?-          Estoy acostumbrado que algo pasa cuando llegamos de Holanda, mis Pieten son mis amigos, pero también siempre tienen problemas. En este tiempo del año, están muy ocupados, tienen que cuidar que todos los niños reciban sus regalos, es un trabajo muy gravo y por eso pasan cosas. Pero para decir un secreto, tengo que reír cada vez que algo pasa. La pregunta que muchas personas tienen, ¿cuantos años tienen?-          Es difícil decir, porque soy muy viejo, pero no lo siento así, nací en el año 270, entonces vosotros podéis calcular mi edad. Siempre sabe los deseos de los niños, ¿nunca cometió una falta y cambió regalos?-          No puedo decir nunca, pero creo que yo y mis Pieten no hacemos muchos errores, tengo un libro muy grande con todos los deseos de los niños. Mis Pieten ponen mucha atención cuando están repartiendo de los regalos. Y sobre todo cada niño tiene su propio zapato y por eso podemos encontrar el niño y dar el regalo de sus sueños.             ¿Tiene un deseo su mismo?-          Que pregunta tan cariñosa, tengo todo lo que quiero, tengo mis Pieten y mi caballo y cada año veo a todos los niños muy felices. Qué quiere más un hombre viejísimo, no necesito más. Y mi deseo, mi deseo se cumplió, me encontré con mi héroe y la verdad es que este hombre es el hombre más santo del mundo. Voy a mi casa y esta noche dejo mi zapato con un dibujo y algo para Americo.   

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