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Evaluación de la tercera tarea: estudiar en el extranjero

Esta tarea enlazaba perfectamente con la anterior; durante las sesiones para la entrevista, habíamos tratado ya extensamente la vida cotidiana de mi compañero chileno, Javier. Esta vez, los asuntos eran más concentrados en la vida estudiantil.

 

Me preparaba haciendo un documento Word con fotos de mi vida cotidiana. Tengo un celular con cámara que uso muchísimo, entonces ya tenía un archivo de fotos en mi portátil de lo que aprovechaba cuando estaba preparando esta tarea. Me gusta sacar fotos de cosas cotidianas, entonces encontraba, entre otras, fotos de los edificios de la universidad, el restaurante en el Uithof, fiestas, noches de salir, cenas etc. Usaba como guión las preguntas que están en el sitio web de la videoconferencia, e intentaba buscar una foto para cada pregunta.

 

La sesión duraba dos horas y media, y hablábamos un buen rato sobre las diferencias que hay entre los horarios de estudiantes chilenos y estudiantes holandeses. Resultó que tienen muchísimas horas de clase, y que tienen también deberes. Sumado, estudiantes chilenos llevan una vida bastante agotadora. La estructuración de las clases me parecía chapada a la antigua: los estudiantes escuchan al profesor, y toman notas. Quizás usamos en Holanda el otro extremo: nos encantamos el ‘modelo pólder’ y tenemos (en general) clases muy interactivas.

 

Nuestro campus, el ‘Uithof’ parecía a Javier muy bonito. Yo prefiero el campus de su universidad, con palmeras y un ambiente más tropical. De todas formas, no me gustaría cambiar de lugar si tomo en cuenta cuantas horas un estudiante chileno tiene que estudiar cada semana.

 

El asunto de alojamiento era bastante difícil. Intentaba explicarle como funciona nuestro sistema de ‘hospiteren’ y las cooperaciones de alojamiento estudiantil como el SLS en Leiden y el SSHU en Utrecht, pero no me lograba muy bien. A mi interlocutor le encontraba extraño que los compañeros de casa tienen que decidir sobre un nuevo inquilino. De hecho, creo que es algo típico holandés. No conozco sistemas semejantes en otros países. Lo que parecía muy raro a mí es que en Chile no está obligatorio tener un contrato de alquiler. No podría vivir tranquilito, si supiera que el dueño/la dueña de la casa me podría botar en cualquier momento. Además, los precios del alquiler son muy diferentes en Chile; allá se alquila una casa entera por la mitad del alquiler que pago yo para mi cuartetito de diez metros cuadrados.

 

Hablábamos también de la vida al lado de los estudios. Ya sabía que a mi compañero chileno no le gusta mucho salir de copas (‘carretear’) cada fin de semana. Me dio la impresión de una vida tranquila, algo que admiro y que intento desde hace mucho tiempo. Los que me conocen, saben que mi agenda siempre se llena de citas, cenas, fiestas… “Estructura” es una palabra que lamentablemente no existe en mi vocabulario personal. La sociedad chilena es (¡en comparación con la sociedad holandesa!) bastante conservadora, entonces no se habla mucho de los novios y las novias. Es algo que pasa, pero de que no se habla mucho. Hablamos un poco de esto, y resulta que existen también diferencias en las relaciones que mantenemos con nuestros padres. En mi caso, cuento mucho a mis padres. La relación entre los hijos y los padres chilenos me parecía menos abierta. Por eso no hablan sobre relaciones amorosas con los padres.

 

Esta sesión me parecía muy interesante. Veo que la vida que lleva un estudiante holandés es totalmente diferente de la vida de un estudiante al otro lado del mundo. He encontrado diferencias en campos en los que no las había esperado.

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