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Llámame Brooklyn

Llámame Brooklyn

Con su novela Llámame Brooklyn muestra el traductor Eduardo Lago que, aparte de traducir y criticar, también puede escribir novelas de gran calidad. Y, claro, hablando con franqueza, el Premio Nadal no se lo gana publicando papel higiénico.

Lago lleva al lector a Fenners Point, el cementerio en Nueva York dónde está enterrado Gal Ackermann. Gal era escritor y ha dejado muchísimos textos, desde los partes de su obra ‘Brooklyn’ hasta fragmentos de diarios suyos. Nestor  es responsable de terminar la obra de su amigo. Capítulos escritos por Gal, tomos de sus diarios y conversaciones por email entre Nestor y los parientes se alternan mientras que la vida de Nestor continúa. Conoce de esta manera mucho mejor a su amigo, descubre que, por ejemplo, la muerte era un factor constante durante su vida. Como lector se lo lleva de uno suceso a otro. Es una narración enmarcada en la que los flashbacks cuentan una parte relevante de la historia.  Así que se sabe más sobre, por ejemplo, sus padres y qué factor importante tiene la vieja amante para la obra.  

Llámame Brooklyn es una novela tan buena porque tiene un estilo muy especial. Como he dicho la historia se compone entre otras cosas por flashbacks, fragmentos de la obra de Gal y la situación en la que Nestor se encuentra. Por eso es difícil decidir quién de los dos es el protagonista. En vista de que hay más de un protagonista, también hay más perspectivas de narración. Al principio (sobre todo como lector extranjero) cuesta un poco acostumbrarse a la variación del narrador. Cuanto más progresa la novela , más personajes tiene la historia (ya que están escritos muchos fragmentos sueltos de la novela de Gal). De modo que es a veces un poco difícil seguir el hilo de la historia. ¡Por favor, en este caso no apartes el libro sino sigue leyéndolo! Al final resulta que muchos de estos personajes no eran tan importantes, todo se aclara.   

Nestor conoce mucho mejor a su amigo después de su fallecimiento y como lector apenas se puede creer que el protagonista  ya se ha muerto. Nestor se arrastra por la vida de Gal, lo forma parte de su propia vida y algo así sucede con el lector. Se empieza a leer la historia, se lleva por un libro tan bueno, se lee la última página y se cierra el libro. Parece como si el tiempo no hubiera pasado pero en realidad; la vida continúa.

 

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