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La seguridad en los aeropuertos

La seguridad en los aeropuertos

Esther Kuijper

Tineke van Rijn

 

Claro que hay que protegerse contra el terrorismo, o por lo menos intentarlo. Y entendemos que el gobierno quiere mostrar al pueblo que hace todo lo que puede para poner a salvo su seguridad. ¿Pero el gobierno realmente cree que esas nuevas medidas de seguridad en los aeropuertos sirven para algo? ¿Realmente cree que los terroristas no encontrarán otras maneras de cometer sus atentados y que estas medidas no sólo fastidian a los pasajeros?

 

Para empezar quisiéramos decir que es un poquito ingenuo creer que se puede evitar un atentado terrorista. Si alguien realmente quiere hacer algo así, lo logrará. Un buen terrorista es bastante creativo para pensar en maneras de eludir el control. Hasta yo misma lo puedo hacer. Por ejemplo, llevo conmigo los ingredientes para hacer algún líquido peligroso, 100 ml por ingrediente. No soy química, pero seguro que será suficiente, ¿no? Aun mejor, los compro todos en una tienda del aeropuerto. Mientras espero por el avión los puedo mezclar fabricando un explosivo líquido. Qué suerte que no haya nadie que me controle otra vez antes de subir al avión.

 

Y esto es exactamente el problema. Todos sabemos cuáles son las medidas, y por eso no sólo nosotros, sino también los terroristas pueden pensar en maneras de eludirlas. ¿No sería mucho mejor si no supiéramos nada de las reglas? Si sólo hubiera más empleados de seguridad para vigilarnos sin que supiéramos en qué se estaban fijando. Basta de hablar largo y tendido de todo lo que hace el gobierno para protegernos, también porque esa es la última prueba de que el terrorismo tiene el poder.

 

Las medidas de seguridad en los aeropuertos en todo el mundo se agudizan casi diariamente, principalmente por la paranoia de los Estados Unidos. Es comprensible hacerlo después de lo que pasó el 11 de septiembre, pero han pasado más de 5 años en que no pasó nada comparable en los Estados Unidos. En otros países sí, pero allí no. ¿Por qué siguen los americanos todavía con su paranoia?

 

También influyen al resto del mundo con esta conducta suspicaz. Para viajar a los Estados Unidos los pasajeros tienen que hacer todo tipo de locuras antes de poder subir al avión. Son medidas que los EEUU piden por ejemplo a Holanda, al igual que a otros países, y que resultan en irritaciones y colas largas en los mostradores de facturación.

 

Y los EEUU no se andan con chiquitas. La nueva medida drástica implica quitarse los zapatos para controlarlos con un aparato de rayos X, encima de la prohibición expresa de transportar líquidos en el equipaje de mano. No obstante que se ha descubrido que los presentes aparatos de control fallan en descubrir sustancias químicas líquidas explosivas en el equipaje de mano, se continúa con estas medidas. Todo esto nos parece una contradicción de importancia fundamental.

Es mejor tomar algunas medidas realistas eficaces que un montón de locuras sin conseguir nada. También sería mejor hacerlo con discreción en vez de anunciar las nuevas medidas de seguridad en todas partes, de modo que cualquier terrorista pueda inventarse previamente un pretexto. Los países europeos tienen que pensar más en sí mismos en vez de seguir a los americanos como unos perritos falderos.

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