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Jóvenes promesas por Jorijn van Vugt y Shirley Hoogendoorn

Hoy día hay muchos jóvenes que viven en pésimas condiciones en distintas  partes del mundo. Sólo unos pueden desprenderse de la miseria y otorgar un buen ejemplo a sus compañeros.

Rumania es un país europeo que cada día se hace más pobre, dos mil niños viven en la calle, específicamente en alcantarillas y en las estaciones de metro. Los padres maltratan a estos niños y a la vez los descuidan, incluso hay pequeños de sólo tres años viviendo en estas condiciones.Waki era uno de ellos, él no tenía padre y su madre vivía en una chabola.Waki y su hermano vivían en las alcantarillas y a la edad de seis años ya consumían droga. Se ganaban la vida cantando, lavando coches y a veces robaban. Waki siempre tuvo la intención de escapar de la miseria. Con la ayuda de unos amigos ingresó en la ‘Casa Abierta’ donde niños sin hogar podían hospedarse. En ese lugar Waki pudo abstraerse de las drogas e ingresar en el colegio. Luego de un tiempo volvió a vivir con su madre. Waki era un gran ejemplo para los otros jóvenes, cada día salía a la calle para ir en ayuda de jóvenes adictos. También se preocupó de dar clases de matemáticas a sus hermanos, dos días por semana caminaba 10 kilómetros, con una temperatura de menos 15 grados, para proporcionarle alimento a su familia, en el barrio donde vivía a Waki lo nombraban ‘el ángel de Bucarest’, ya que incentivó a otros jóvenes a ingresar en la Casa Abierta y para no tocar la droga otra vez. A él le daba mucha pena no poder ayudar a su hermano Moize que prefería vivir en las calles. Uno de los  sueños de Waki era encontrar un trabajo y vivir con toda su familia.  Ahora el mundo de Waki y Moize ha cambiado, sobre todo con la ayuda de Waki. Moize vive con su hermana en una pequeña casa, tiene trabajo como actor en un teatro, pero aún vive en la pobreza,  Moize está contento ya que forma parte de la gente civilizada y no comete más errores. Al contrario, Waki no está bien. ‘El ángel de Bucarest’ está en la cárcel, porque robó un euro y golpeó a un hombre. Su hermano tiene que esperar todo el día para poder verlo, sin embargo el sistema carcelario no permite tocarlo, nadie sabe cuanto tiempo pasará para que este chico valiente pueda cumplir con su condena.    

Juan es un chico de 17 años que vive en Colombia con su familia, la violencia divide todo el país. La gente está prisionera entre las diferentes agrupaciones y todo el mundo tiene miedo. Cada día la guerilla mata a los ciudadanos inocentes y la mayoría de las veces los niños están allí, ven cómo los militantes matan a sus padres, sus tíos y otros miembros de la familia.Cuando Juan tenía 13 años quería trabajar por la paz. Empezó a tocar la guitarra y formó una banda con la cual actuaba en la calle. Las canciones de la banda trataban de la guerra, pero sobre todo de la paz, la gente les visitaba en la calle y se ponía alegre escuchando su música. Después de un tiempo Juan alcanzó fama nacional y trabajaba por todo el país haciendo música, aún sabiendo que podría ser algo muy peligroso. Juan formuló una declaración por la paz y 2,7 millones de niños y 10 adultos lo firmaron. Era un grito de auxilio por la paz que la postre tuvo éxito, porque la violencia disminuyó un poco, y uno de los partidos que estaban luchando prometió dejar tranquilos a los niños y a las mujeres embarazadas, sin embargo aún hay mucha violencia en el país. En julio de 1996 el padre de Juan fue asesinado durante un atentado, junto a otros dos miembros de la familia. Juan y su familia huyeron ya que su madre pensaba que los militantes podrían matar al resto de la familia. Ahora Juan sigue trabajando por la paz, aunque su madre piense que es muy peligroso, Juan no quiere que la gente sufra más. Quiere ayudar a los niños traumatizados y quiere que no haya más violencia en Colombia.Juan es una joven promesa, porque a pesar del peligro sigue luchando por la paz en su país y quiere ayudar a la gente que son víctimas de la violencia. 

Uganda es un país en el que murieron más de dos millones de personas. Cada día padres entretierran a sus hijos y vice versa. Hay casi dos millones de huérfanos. Una chica especial es Flavia. Ella se ocupa desde los once años de sus hermanos porque sus padres murieron de SIDA. Cada día trabajaba en la plantación, llevaba la casa, lavaba a sus hermanos de siete y nueve años. No había nadie para ayudarles. Ir a la escuela todavía no era posible. Su familia ultrajó todas las cosas de su madre por lo tanto no tenían ningún recuerdo de ella. A pesar de la miseria los niños podían reírse. Flavia tenía sueños, quería una casa de piedra con paredes blancas, porque siempre estaban asustados en su chabola cuando hacía mal tiempo, quería llegar a ser enfermera de manera que podría ayudar a la gente con SIDA y porque su madre había sido enfermera. Tenía muchos recuerdos buenos de su madre. Flavia le cuidó en el lecho de muerte.  Cinco años más tarde, Flavia tiene dieciséis, su mundo ha cambiado, está en un colegio interno y también sus hermanos van a la escuela. Tiene una casa de piedra y después del internado va a seguir un estudio para llegar a ser enfermera. Una tía se instaló en la casa de Flavia para cuidar de sus hermanos. Extraña mucho a sus hermanos ya que sólo los puede ver durante las vacaciones, en ese mismo lapso cuida de los aldeanos con SIDA y da asistencia a los agonizantes. Una chica de sólo dieciseis años, sus sueños anteriores se han cumplido y ahora sólo tiene uno: una bonita ropa de Navidad.   

Julius vive en Nairobi, Kenia, en uno de los barrios de chabolas más pobres del país. Cuando tenía 14 años vivía con su madre y su hermana en una choza muy pequeña, no iba a la escuela porque después de la muerte de su padre la familia no tenía dinero para pagar nada. Cada día la gente moría por hambre y cada día había más criminalidad. Habían muchos niños vagabundos, todos con una severa adicción a las drogas.Julius pidió una cámara prestada a la asociación del fútbol con la que sacaba fotos de su pueblo y de la gente. Con esas fotos quería dar una buena imagen de su vida en un barrio de chabolas. Su vida se basaba en sacar fotos y jugar al fútbol con sus amigos. Después de un reportaje sobre Julius de un programa de televisión holandés entró en contacto con un estudiante que querría hacer una exposición de las fotos de Julius.  Cinco años después Julius tiene su propia exposición en Holanda. Con el dinero que ahora gana con sus fotos mantiene su familia. Hace poco se mudaron a una choza más grande que la anterior.Con las fotos Julius quiere llamar la atención de todo el mundo sobre la situación en su país. Quiere mostrar de dónde viene y quizás algun día sea capaz de hacer algo para mejorar las circunstancias en que vive la gente en los barrios de chabolas. 

Pensamos que estos jóvenes son jóvenes promesas, ya que hacen todo lo que pueden para cambiar la situación en su país o para mantener a su familia. Quieren ayudar a gente que se encuentra en situaciones difícilesCada uno de ellos trata de cambiar la situación en su alrededor. Aunque son muy jóvenes, ven que es necesario que cambie algo en el mundo. 

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