Son de mar - Manuel Vicent

Misterioso, único, hermoso. El libro de Manuel Vicent Son de Mar es una obra maestra, y por eso ganó el premio de Alfaguara. La literatura tiene la reputación de ser difícil de leer, complicada y por lo tanto una dicha concedida a pocos. Manuel Vicent se atreve hacer un libro con una legibilidad alta, usando el estilo llano y del que todo el mundo tendría que disfrutar.

La historia empieza con la llegada de Ulises a un pueblo cerca de Valencia, era un profesor de literatura. Cuando dormía en un hostal se enamoraba de Martina, la hija del dueño.

El amor era, por suerte, recíproco. Muy pronto, Martina era embarazada de Ulises y juntos educaban a su hijo que se llamaba Abel. Otro día Ulises iba a pescar en el mar para encontrar un pescado para Martina, él nunca volverá, aunque...

Martina tenía que continuar con su vida y por eso buscaba otro hombre, Sierra era la solución.

Al cuidado de Sierra, Martina vivía una vida rica y acomodada, era muy feliz. Incluso pudiese comprar el barco ‘Son de Mar’, el barco más famoso para ella. Cuando era joven ya había querido comprarlo. Cinco años después de la desaparición de Ulises, llamaba por teléfono que necesitaba todos sus viajes para entender su amor por Martina. Otra vez se enamoraban y Sierra no sea muy alegre sobre esta nueva situación. Sabotea el barco favorito de Martina y cuando ella y Ulises iban a navegar se hundían y morían juntos. Amor eterno, paz eterna en la muerte.

“Viviendo engañas y muriendo enseñas...”
(Ines de la Cruz, Sor Juana: Rosa divina que en su gentil cultura)

 

El comienzo del libro es lo que llama la atención más al lector. Creo que es la parte más atractiva del libro, lo que capta la atención verdaderamente. A pesar del desmejoramiento de Ulises es genial. El título había encontrado  muy bien, el barco ‘Son de Mar’ tiene una función importante en la historia porque representa todos los sueños de Martina y todo lo que querría alcanzar en su vida. Resumiendo, muy aconsejable para todo el mundo.

Literatura que se puede leer muy bien, todavía existe...

 

Bas van den Houten